- Año: 2019
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Fotografías:Fernando Alda
Álora, con su Castillo y su histórico Arrabal, es proa del paisaje montañoso de la Sierra del Hacho. La villa es resultado de sucesivas historias a ritmo de malagueña que culminan en el célebre Cerco y su Romance. Rica en estímulos tangibles e intangibles, algunos casi perdidos, buscaba renovar y embellecer tanto el modo de vida de los habitantes del Arrabal, como su forma de ser descubierta por el viajero.
Mediante un concurso de ideas, se buscaba la renovación de pavimento, instalaciones urbanas y todo aquello que contribuyese a hacer que sus lugares recuperasen un nuevo fulgor. Propusimos la intervención denominada “Tapiz e: 1/1” que, en diálogo con el paisaje cultural de Álora, registrase su energía. Una suerte de mapa pétreo que ayudara a recorrer, mirar, descubrir, conocer y experimentar el paisaje. La segunda fase de la intervención es el denominado Mirador 360º.
En una curva del camino de borde que rodea el Cerro de las Torres y enlaza el Castillo con la Plaza de la Despedía, coincidiendo con la estación VIII del via crucis, un alto en el camino acerca el paisaje al visitante. El camino de borde se encontraba con un pavimento deteriorado y un muro macizo pintado en un color ocre asalmonado.
El pavimento propuesto es una alfombra pétrea y el muro busca su “invisibilidad”. En la parte inferior, los gaviones de piedra arenisca de la zona hacen que el muro se integre en la ladera dando todo el protagonismo a Castillo y cerro. En la coronación, la baranda es apenas vibración de aire.
La alfombra pétrea modifica la textura de su pavimento con motivo de la estación VIII del vía crucis. Junto a ella, dos asientos invitan a la contemplación del valle y el mirador sugiere la vista dinámica en 360º. El paisaje cultural de Álora se muestra así al alcance del viajero. De un lado el paisaje natural de valles que configuran la cuenca del Guadalhorce y sus huertos. Del otro, gracias a nuestra posición aérea, se ponen en relación los principales hitos del paisaje cultural de Álora; la capilla gótica de Jesús Nazareno de las Torres, el castillo árabe y la configuración escalonada de la villa presidida por el monte Hacho.
Los materiales son usados buscando su sinceridad, y su engarce obedece a las ideas perseguidas.
El borde del camino se construye mediante un muro de gaviones relleno con arenisca de la zona y las barras de acero muestran su color oxidado en sintonía con la piedra que abrigan. La coronación que define la baranda se libera de la piedra haciendo que su límite sea apenas perceptible.
El suelo define su vibración según la dimensión, textura y tono del granito. El centro, realizado mediante piezas mayores, rugoso y oscuro, acompaña nuestro avance. Lo flanquean dos bandas de adoquines menores de granito claro flameado.
La alfombra desemboca en un área de pavimento oscuro de pequeños adoquines en geometría de ondas cuyo epicentro es una pieza circular de mármol blanco que señala la estación VIII del via crucis. Junto a ella, dos asientos cilíndricos de mármol blanco muestran su impacto en el pavimento. Nos invitan a comprender la consolación de las llorosas de Jerusalén por parte de Jesús camino del Calvario
Parada en el camino, lugar de contemplación y punto informativo del paisaje cultural aloreño.
Su suelo de pletinas, deja silbar al aire que lo atraviesa y vibra en transparencia variable a nuestro paso. La baranda de finas barras verticales soporta un ancho pasamanos informativo con textos aéreos y perforados. Los primeros indican lugares del paisaje cultural, y los segundos periodos históricos, personajes o datos de interés para el viajero.
El área de intervención, trata de recuperar algunas zonas de abandono o deterioro natural. El trabajo se ciñe a la zona inferior de la ladera donde se han plantado masas de arbustos bajos de apenas mantenimiento ; cantueso, lavandula, y la alcaparra, capparis spinosa.
Al atardecer, las piezas del pavimento se iluminan marcando el camino. Durante los actos de Semana Santa, serán las velas en el interior de la baranda las que acompañen los eventos nocturnos de pasión religiosa.
Nos gustaría haber capturado el espíritu del paisaje y acercado al viajero la experiencia del rico paisaje cultural de Álora. El camino y el mirador subrayan el paisaje haciendo aflorar sus valores.